¿Porque encapsular la Placenta?

La Placenta. Tan sólo con mencionarla sabemos que estamos entrando en territorio desconocido. No es común haber visto una placenta, incluso para una madre que recién acaba de dar a luz es poco probable que le hayan mostrado su placenta y menos probable que haya regresado a casa con su bebé y su placenta. Sin embargo por ajeno que suene al comienzo, cuando se comienza a hablar de la placenta parece que lo que se dice, así sea la primera vez que se escucha, tiene sentido. Suena coherente, si todos lo mamíferos, la excepción que confirma la regla siendo los camellos, sin importar si son salvajes o domesticados, carnívoros o herbívoros consumen su placenta tras el parto, ¿De qué no estamos perdiendo al descartarla? ¿Qué formas hay de consumirla?

Ya en la primera división de células, luego de la concepción, se hace evidente qué conjunto se convertirán en el bebé y qué grupo formarán la placenta. De allí en adelante la placenta se desarrolla junto con el embrión; el motivo de muchas de las pérdidas antes de las 12 semanas tiene que ver con algún imperfecto en la placenta, por ello se dice que la placenta es fundamental para la gestación, debido a que la placenta es el puente entre una madre y su bebé. La placenta es quien toma de la sangre de la madre exactamente lo que el bebé necesita para formarse, minerales, proteínas, toda la inmunología de la madre, además fabrica sus propias hormonas y es responsable de llevar a cabo las labores de tres órganos fundamentales (riñón, hígado y pulmones) mientras estos se forman en el bebé. Tras el nacimiento la placenta, con el cordón aun conectado, hace una última transfusión al bebé, en el que la placenta le entrega todo lo bueno que posee (incluyendo una carga importante de hierro que lo protege de la anemia durante los primeros 3 años de vida), después de esto la placenta se desprende (dejando una herida en el lugar del útero en el que echó raíces; el sangrado de esa herida es llamado loquia) y sale del cuerpo de la mujer (alumbramiento).

 
 
Null Age Blog4.jpg
 
 

El alto contenido hormonal de la placenta hace que esta sea usada para prevenir y tratar una hemorragia pos parto, la placenta es rica en vitamina k considerada un potente anti hemorrágico; se usa especialmente en países Africanos y del Sudeste Asiático, y en menor pero creciente cantidad en Europa, Australia y América. En el momento del alumbramiento el doctor o la comadrona ofrece un pequeño trozo de la placenta a la madre quién la coloca por unos momentos entre la encía y la mejilla o bien debajo de la lengua. Las hormonas envían entonces una poderosa señal al cerebro indicándole que él embarazo culminó y que es hora de contraer el útero a su tamaño inicial y comenzar la producción de leche.

Ant Lausanne